Las condiciones del mercado de divisas en diciembre están protagonizando un enfrentamiento clásico. El índice del dólar estadounidense ha caído en varias jornadas consecutivas, cerrando el 3 de diciembre en 99.24, tras varias jornadas de caída; al mismo tiempo, el euro frente al dólar muestra un rendimiento fuerte, alcanzando un precio de 1.1637, continuando su tendencia alcista. ¿Qué lógica de mercado se esconde detrás de esto?
Las expectativas de recorte de tasas se convierten en la principal fuente de presión para el índice del dólar
Las expectativas del mercado sobre la política de la Reserva Federal están experimentando cambios sutiles. Según los datos más recientes de la herramienta FedWatch de CME, la confianza de los operadores en que la Fed implemente un recorte de tasas en diciembre alcanza el 89.2%, con una reducción prevista de 25 puntos básicos. Además, el mercado espera que en 2026 haya dos ventanas de recortes adicionales. Este entorno de expectativas continuas de recortes de tasas, naturalmente, ejerce una presión sostenida sobre el índice del dólar.
Diciembre siempre ha sido el “mes difícil” para el dólar
Al revisar los datos de los últimos diez años, se observa una regla interesante: el índice del dólar tiene una probabilidad del 80% de caer en diciembre, en otras palabras, en ocho de esos diez años, diciembre fue un mes de caída. Aún más notable es que la caída promedio alcanza el 0.91%, lo que convierte a diciembre en el mes con el peor rendimiento del año. Esta regla histórica respalda firmemente el comportamiento actual del mercado.
Dos variables clave que decidirán la dirección futura del dólar
La capacidad del índice del dólar para seguir cayendo, según Tim Baker, estratega macro de Deutsche Bank, aún tiene espacio para una caída de aproximadamente el 2%, y el dólar podría retroceder a niveles cercanos a los del tercer trimestre. La realización de esta tendencia depende de dos aspectos clave.
El primero es la orientación de la política del Banco de Japón. La última encuesta del mercado muestra que la probabilidad de que el Banco de Japón suba las tasas en diciembre ha aumentado al 80%. Si se concreta el aumento de tasas, esto dará un fuerte soporte al dólar.
El segundo es el cambio en el liderazgo de la Reserva Federal. El presidente de EE. UU., Trump, sugirió que podría nombrar al asesor económico en jefe, Hasset, como presidente de la Fed. Van Luu, director de divisas globales de Russell Investments, señala que bajo el liderazgo de Hasset, la política de la Fed podría volverse más moderada, lo que impulsaría aún más la debilidad del índice del dólar. Se espera que el euro frente al dólar supere el máximo de aproximadamente 1.19 de este año, alcanzando un nuevo máximo en cuatro años.
¿El dólar enfrenta un triple golpe?
Steven Barrow, director de estrategia G10 de Standard Bank, plantea un juicio que invita a la reflexión: el aumento de tasas del Banco de Japón, la actualización del candidato a presidente de la Fed y los efectos negativos de la política arancelaria, estas tres fuerzas están trabajando juntas para debilitar el índice del dólar. “Incluso si estos cambios no se materializan en el resto del año, seguramente se implementarán uno a uno a principios de 2026”, afirma.
Desde el punto de vista técnico, la posición actual del índice del dólar se acerca a un mínimo de fase. El consenso del mercado es que, en un contexto donde la ventana de recortes de la Fed aún no se ha cerrado y la probabilidad de que el Banco de Japón suba tasas ha aumentado, es difícil que el índice del dólar rompa con su tendencia débil. Por otro lado, el euro tiene potencial para iniciar una nueva tendencia alcista impulsada por varios factores positivos.
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El índice del dólar estadounidense se mantiene débil, ¿podrá el euro aprovechar la oportunidad para romper su máximo histórico?
Las condiciones del mercado de divisas en diciembre están protagonizando un enfrentamiento clásico. El índice del dólar estadounidense ha caído en varias jornadas consecutivas, cerrando el 3 de diciembre en 99.24, tras varias jornadas de caída; al mismo tiempo, el euro frente al dólar muestra un rendimiento fuerte, alcanzando un precio de 1.1637, continuando su tendencia alcista. ¿Qué lógica de mercado se esconde detrás de esto?
Las expectativas de recorte de tasas se convierten en la principal fuente de presión para el índice del dólar
Las expectativas del mercado sobre la política de la Reserva Federal están experimentando cambios sutiles. Según los datos más recientes de la herramienta FedWatch de CME, la confianza de los operadores en que la Fed implemente un recorte de tasas en diciembre alcanza el 89.2%, con una reducción prevista de 25 puntos básicos. Además, el mercado espera que en 2026 haya dos ventanas de recortes adicionales. Este entorno de expectativas continuas de recortes de tasas, naturalmente, ejerce una presión sostenida sobre el índice del dólar.
Diciembre siempre ha sido el “mes difícil” para el dólar
Al revisar los datos de los últimos diez años, se observa una regla interesante: el índice del dólar tiene una probabilidad del 80% de caer en diciembre, en otras palabras, en ocho de esos diez años, diciembre fue un mes de caída. Aún más notable es que la caída promedio alcanza el 0.91%, lo que convierte a diciembre en el mes con el peor rendimiento del año. Esta regla histórica respalda firmemente el comportamiento actual del mercado.
Dos variables clave que decidirán la dirección futura del dólar
La capacidad del índice del dólar para seguir cayendo, según Tim Baker, estratega macro de Deutsche Bank, aún tiene espacio para una caída de aproximadamente el 2%, y el dólar podría retroceder a niveles cercanos a los del tercer trimestre. La realización de esta tendencia depende de dos aspectos clave.
El primero es la orientación de la política del Banco de Japón. La última encuesta del mercado muestra que la probabilidad de que el Banco de Japón suba las tasas en diciembre ha aumentado al 80%. Si se concreta el aumento de tasas, esto dará un fuerte soporte al dólar.
El segundo es el cambio en el liderazgo de la Reserva Federal. El presidente de EE. UU., Trump, sugirió que podría nombrar al asesor económico en jefe, Hasset, como presidente de la Fed. Van Luu, director de divisas globales de Russell Investments, señala que bajo el liderazgo de Hasset, la política de la Fed podría volverse más moderada, lo que impulsaría aún más la debilidad del índice del dólar. Se espera que el euro frente al dólar supere el máximo de aproximadamente 1.19 de este año, alcanzando un nuevo máximo en cuatro años.
¿El dólar enfrenta un triple golpe?
Steven Barrow, director de estrategia G10 de Standard Bank, plantea un juicio que invita a la reflexión: el aumento de tasas del Banco de Japón, la actualización del candidato a presidente de la Fed y los efectos negativos de la política arancelaria, estas tres fuerzas están trabajando juntas para debilitar el índice del dólar. “Incluso si estos cambios no se materializan en el resto del año, seguramente se implementarán uno a uno a principios de 2026”, afirma.
Desde el punto de vista técnico, la posición actual del índice del dólar se acerca a un mínimo de fase. El consenso del mercado es que, en un contexto donde la ventana de recortes de la Fed aún no se ha cerrado y la probabilidad de que el Banco de Japón suba tasas ha aumentado, es difícil que el índice del dólar rompa con su tendencia débil. Por otro lado, el euro tiene potencial para iniciar una nueva tendencia alcista impulsada por varios factores positivos.