¡La depreciación del yen japonés es feroz! ¿El dólar estadounidense/yen japonés se acerca a 160, y la emisión de 21 billones de yenes por Japón será el punto de inflexión?
El tipo de cambio del yen continúa debilitándose, el USD/JPY ha superado los 157.89 este mes y cada vez está más cerca del “punto psicológico” de 160, reconocido por el mercado. Los inversores se hacen la misma pregunta: ¿cuándo se detendrá esta ola de depreciación?
El plan de estímulo económico desata riesgos a la baja del yen
A principios de noviembre, el gobierno japonés lanzó el mayor gasto fiscal adicional desde el inicio de la pandemia, por un monto de 21.3 billones de yenes. Entre ellos, el gasto de ayuda para hacer frente a la subida de precios representa 11.7 billones de yenes, lo que constituye una “gran apuesta” poco común en los últimos años.
Esta gran cantidad de fondos proviene de dos fuentes: en primer lugar, la expectativa de aumento en los ingresos fiscales, y en segundo, la emisión de nuevos bonos gubernamentales. Se espera que el gabinete apruebe el presupuesto complementario a más tardar a finales de noviembre, y que pase por el parlamento antes de fin de año.
La reacción del mercado fue inmediata: el 20 de noviembre, el rendimiento de los bonos del gobierno japonés a 10 años se disparó hasta el 1.842%, alcanzando un máximo desde la crisis financiera de 2008. Este número refleja que la preocupación de los inversores por las perspectivas de la deuda japonesa está en aumento.
La actitud del banco central se vuelve clave: ¿subirán las tasas o permitirán la depreciación?
Las recientes declaraciones del gobernador del Banco de Japón, Ueda Kazuo, son dignas de atención. Señaló que la continua debilidad del yen podría impulsar aún más los niveles de precios, ya que los costos de las importaciones aumentan y las empresas también ajustan al alza salarios y precios de productos.
Lo que resulta aún más relevante es que enfatizó que la volatilidad del tipo de cambio tiene un impacto en los precios más sensible que nunca, y que el banco central debe mantenerse alerta en todo momento. Esta declaración sugiere que la probabilidad de una subida de tasas en diciembre es bastante alta.
La “maldición” de los 160: ¿qué está esperando el mercado?
Los participantes del mercado están ahora muy atentos a ese número 160. Las autoridades japonesas han intervenido varias veces en el mercado de divisas en torno a ese nivel para frenar la depreciación excesiva del yen.
Pero el estratega de divisas del National Australia Bank, Rodrigo Catril, lanzó un jarro de agua fría: “Solo intervenir sin una política fiscal o monetaria coordinada solo será una buena oportunidad para apostar en contra del yen”. Él cree que solo si el banco central realmente sube las tasas, el USD/JPY podría volver por debajo de 150. De lo contrario, superar los 160 no sería un riesgo, sino un evento casi seguro.
En otras palabras, el desenlace de esta historia del tipo de cambio del yen está en manos del banco central: una subida de tasas en diciembre sería un punto de inflexión, y si no actúa, los inversores pueden esperar ver cifras de 160 o incluso más altas.
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¡La depreciación del yen japonés es feroz! ¿El dólar estadounidense/yen japonés se acerca a 160, y la emisión de 21 billones de yenes por Japón será el punto de inflexión?
El tipo de cambio del yen continúa debilitándose, el USD/JPY ha superado los 157.89 este mes y cada vez está más cerca del “punto psicológico” de 160, reconocido por el mercado. Los inversores se hacen la misma pregunta: ¿cuándo se detendrá esta ola de depreciación?
El plan de estímulo económico desata riesgos a la baja del yen
A principios de noviembre, el gobierno japonés lanzó el mayor gasto fiscal adicional desde el inicio de la pandemia, por un monto de 21.3 billones de yenes. Entre ellos, el gasto de ayuda para hacer frente a la subida de precios representa 11.7 billones de yenes, lo que constituye una “gran apuesta” poco común en los últimos años.
Esta gran cantidad de fondos proviene de dos fuentes: en primer lugar, la expectativa de aumento en los ingresos fiscales, y en segundo, la emisión de nuevos bonos gubernamentales. Se espera que el gabinete apruebe el presupuesto complementario a más tardar a finales de noviembre, y que pase por el parlamento antes de fin de año.
La reacción del mercado fue inmediata: el 20 de noviembre, el rendimiento de los bonos del gobierno japonés a 10 años se disparó hasta el 1.842%, alcanzando un máximo desde la crisis financiera de 2008. Este número refleja que la preocupación de los inversores por las perspectivas de la deuda japonesa está en aumento.
La actitud del banco central se vuelve clave: ¿subirán las tasas o permitirán la depreciación?
Las recientes declaraciones del gobernador del Banco de Japón, Ueda Kazuo, son dignas de atención. Señaló que la continua debilidad del yen podría impulsar aún más los niveles de precios, ya que los costos de las importaciones aumentan y las empresas también ajustan al alza salarios y precios de productos.
Lo que resulta aún más relevante es que enfatizó que la volatilidad del tipo de cambio tiene un impacto en los precios más sensible que nunca, y que el banco central debe mantenerse alerta en todo momento. Esta declaración sugiere que la probabilidad de una subida de tasas en diciembre es bastante alta.
La “maldición” de los 160: ¿qué está esperando el mercado?
Los participantes del mercado están ahora muy atentos a ese número 160. Las autoridades japonesas han intervenido varias veces en el mercado de divisas en torno a ese nivel para frenar la depreciación excesiva del yen.
Pero el estratega de divisas del National Australia Bank, Rodrigo Catril, lanzó un jarro de agua fría: “Solo intervenir sin una política fiscal o monetaria coordinada solo será una buena oportunidad para apostar en contra del yen”. Él cree que solo si el banco central realmente sube las tasas, el USD/JPY podría volver por debajo de 150. De lo contrario, superar los 160 no sería un riesgo, sino un evento casi seguro.
En otras palabras, el desenlace de esta historia del tipo de cambio del yen está en manos del banco central: una subida de tasas en diciembre sería un punto de inflexión, y si no actúa, los inversores pueden esperar ver cifras de 160 o incluso más altas.