Acabo de ver el último informe de empleo—las solicitudes de desempleo bajaron la semana pasada y, honestamente, eso es una buena noticia en el fondo. Todavía estamos en niveles que habrían hecho bastante felices a los economistas hace unos años. El problema es que hay una sensación persistente debajo. El mercado laboral muestra algunas grietas, ¿sabes? No está colapsando ni nada por el estilo, pero el impulso no se siente tan fuerte como antes. Podría ser uno de esos patrones de desaceleración antes de que las cosas se estabilicen, o podría indicar algo más grande en marcha. De cualquier manera, vale la pena mantenerlo bajo vigilancia, ya que lo que sucede con el empleo siempre tiene repercusiones en todo lo demás, incluyendo cómo se sienten las personas respecto a los activos de riesgo.