De cara a 2025, el dólar estadounidense se encuentra en un punto de inflexión crucial. Hasta la semana pasada, el índice del dólar ha caído consecutivamente hasta cerca de 103.45, alcanzando un mínimo desde noviembre. Lo que merece más atención es que el índice ha perforado la media móvil de 200 días, lo cual suele interpretarse en el mercado como una señal bajista.
¿Cuáles son los factores clave que están impulsando la debilidad del dólar? La respuesta apunta a las expectativas sobre la política monetaria de la Reserva Federal. Los últimos datos de empleo en EE. UU. publicados no cumplieron con las expectativas, lo que ha llevado al mercado a apostar por varias rondas de recortes de tasas por parte de la Fed. Con la rentabilidad de los bonos del Tesoro en caída continua, el atractivo del dólar comienza a disminuir.
Perspectiva de ciclos históricos: las ocho “vidas y muertes” del dólar
Para entender el presente, es necesario revisar el pasado. Desde la disolución del sistema de Bretton Woods en 1971, el índice del dólar ha atravesado ocho fases completamente diferentes:
1971-1980: caída desordenada
Nixon anunció el fin del patrón oro, entrando en una era de abundancia del dólar. Posteriormente, la crisis del petróleo y la alta inflación hicieron que el índice del dólar cayera por debajo de 90.
1980-1985: recuperación fuerte
Volcker utilizó la “palo de subir tasas”, llevando la tasa de fondos federales hasta un 20% y manteniéndola en torno al 8-10% durante mucho tiempo, impulsando el índice del dólar a su máximo histórico.
1985-1995: década bajista
El doble déficit (fiscal y comercial) llevó al dólar a una larga fase de depreciación.
1995-2002: auge de Internet
La economía estadounidense aceleró en la era Clinton, con flujos de capital que regresaban rápidamente, llevando el índice del dólar a tocar 120 en su punto máximo.
2002-2010: cruce de crisis
El estallido de la burbuja de Internet, los impactos del 11 de septiembre y la crisis financiera hicieron que el índice cayera cerca de 60, en mínimos históricos.
2011-2020: relativa protección
La crisis de la deuda europea, la volatilidad en mercados emergentes y la estabilidad de EE. UU. impulsaron al dólar a volver a niveles altos.
2020-2022: cambios por la pandemia
Tasas cero + expansión cuantitativa ilimitada, EE. UU. empezó a “imprimir dinero” para combatir la pandemia, lo que llevó a una caída significativa del índice del dólar y a una inflación global.
2022 principios de 2024: pico de subidas de tasas
Para controlar la inflación, la Fed inició el ciclo de aumento de tasas más agresivo en 25 años, junto con la reducción del balance (QT). Aunque la inflación se ha ido controlando, la confianza en el dólar vuelve a ser puesta en duda.
La situación “de altibajos” del dólar en 2025
Combinando señales técnicas, fundamentales y de expectativas, la tendencia del dólar en la segunda mitad del año y en 2025 presentará las siguientes características:
Corto plazo (Q1-Q2): principalmente oscilaciones
Punto de entrada para el optimismo: riesgos geopolíticos súbitos (como la escalada en el estrecho de Taiwán), el índice del dólar podría recuperarse rápidamente a la zona de 100-103; datos de empleo o PIB mejores de lo esperado en EE. UU. retrasarían las expectativas de recortes y provocarían un rebote del dólar.
Punto de entrada para el pesimismo: si la Fed inicia recortes de tasas, mientras que el BCE mantiene una política retrasada, el euro se fortalecerá y arrastrará al índice del dólar por debajo de 95; la liquidez en el mercado de bonos se deteriora, ampliando la prima de riesgo del dólar.
Mediano y largo plazo (Q3 y posteriores): probable debilitamiento moderado
Si la Fed realmente entra en un ciclo de recortes, la rentabilidad de los bonos estadounidenses disminuirá, y los activos denominados en dólares perderán atractivo en comparación con mercados emergentes de alto crecimiento o la recuperación del euro. Además, la tendencia global de desdolarización (como la promoción de la liquidación en monedas locales en los países BRICS) aunque no será inmediata, erosionará marginalmente la posición del dólar como reserva mundial.
Escenario de principales pares de divisas en 2025
Euro/dólar: beneficiario en un entorno de dólar débil
El efecto de balancín entre euro y dólar es evidente. Actualmente, EUR/USD ha subido a 1.0835, con potencial técnico para seguir probando la barrera psicológica de 1.0900. Si el BCE mantiene una política acomodaticia y la economía europea se estabiliza, hay altas probabilidades de que el euro supere niveles altos.
Libra/dólar: ganadora por la divergencia de políticas
Se espera que el Banco de Inglaterra tenga una velocidad de recorte de tasas más lenta que la Fed, lo que da soporte relativo a la libra. GBP/USD probablemente oscile entre 1.25 y 1.35, siendo la divergencia de políticas y el apetito por riesgo los principales impulsores. Si la economía de UK y EE. UU. se diferencian aún más, la libra podría incluso superar 1.40.
Dólar/yuan: rango de fluctuación bidireccional
El movimiento del dólar frente al yuan dependerá de los cambios relativos en las políticas macroeconómicas y fundamentos de ambos países. Actualmente, sin una clara tendencia, se mantiene en un rango de 7.2300-7.2600, sin fuerza suficiente para romperlo, pero atento a los soportes.
Dólar/yen: presión a la depreciación en aumento
El crecimiento salarial en Japón alcanzó su máximo en 32 años (enero, +3.1% interanual), elevando las expectativas de inflación y posiblemente iniciando un ciclo de subida de tasas en el Banco de Japón. Esto presionará a la baja al USD/JPY. Técnicamente, si rompe 146.90, el espacio a la baja se abrirá; para revertir la tendencia bajista, deberá recuperar la resistencia de 150.0.
Dólar/australiano: moneda fuerte sustentada por datos positivos
El PIB del cuarto trimestre en Australia superó expectativas, con un superávit comercial en enero de 562 mil millones. El Banco de Reserva mantiene una postura cautelosa en recortes, por lo que el AUD se mantiene firme. En un escenario de debilitamiento del dólar, el impulso alcista del AUD será fuerte.
Cómo deben actuar los inversores
Estrategia agresiva: operar en el rango de 95-100 del índice del dólar, comprando y vendiendo en puntos de reversión detectados con herramientas técnicas como MACD y Fibonacci.
Estrategia conservadora: esperar a que la Fed aclare su rumbo de política antes de tomar decisiones de dirección. En este período, centrarse en pares de divisas con menor volatilidad.
Asignación a medio y largo plazo: reducir gradualmente las posiciones largas en dólares, y aumentar en monedas no estadounidenses con valoración razonable (yen, AUD) o en activos ligados a commodities (oro, cobre).
El comportamiento del dólar en la segunda mitad del año dependerá mucho de los datos y eventos, por lo que la flexibilidad en la gestión de posiciones y la disciplina serán clave para aprovechar las oportunidades en la volatilidad del tipo de cambio.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
¿Cómo se desarrollará la tendencia del dólar en la segunda mitad del año? Análisis profundo del panorama de tipos de cambio en 2025
El “cruce de caminos” del dólar estadounidense
De cara a 2025, el dólar estadounidense se encuentra en un punto de inflexión crucial. Hasta la semana pasada, el índice del dólar ha caído consecutivamente hasta cerca de 103.45, alcanzando un mínimo desde noviembre. Lo que merece más atención es que el índice ha perforado la media móvil de 200 días, lo cual suele interpretarse en el mercado como una señal bajista.
¿Cuáles son los factores clave que están impulsando la debilidad del dólar? La respuesta apunta a las expectativas sobre la política monetaria de la Reserva Federal. Los últimos datos de empleo en EE. UU. publicados no cumplieron con las expectativas, lo que ha llevado al mercado a apostar por varias rondas de recortes de tasas por parte de la Fed. Con la rentabilidad de los bonos del Tesoro en caída continua, el atractivo del dólar comienza a disminuir.
Perspectiva de ciclos históricos: las ocho “vidas y muertes” del dólar
Para entender el presente, es necesario revisar el pasado. Desde la disolución del sistema de Bretton Woods en 1971, el índice del dólar ha atravesado ocho fases completamente diferentes:
1971-1980: caída desordenada
Nixon anunció el fin del patrón oro, entrando en una era de abundancia del dólar. Posteriormente, la crisis del petróleo y la alta inflación hicieron que el índice del dólar cayera por debajo de 90.
1980-1985: recuperación fuerte
Volcker utilizó la “palo de subir tasas”, llevando la tasa de fondos federales hasta un 20% y manteniéndola en torno al 8-10% durante mucho tiempo, impulsando el índice del dólar a su máximo histórico.
1985-1995: década bajista
El doble déficit (fiscal y comercial) llevó al dólar a una larga fase de depreciación.
1995-2002: auge de Internet
La economía estadounidense aceleró en la era Clinton, con flujos de capital que regresaban rápidamente, llevando el índice del dólar a tocar 120 en su punto máximo.
2002-2010: cruce de crisis
El estallido de la burbuja de Internet, los impactos del 11 de septiembre y la crisis financiera hicieron que el índice cayera cerca de 60, en mínimos históricos.
2011-2020: relativa protección
La crisis de la deuda europea, la volatilidad en mercados emergentes y la estabilidad de EE. UU. impulsaron al dólar a volver a niveles altos.
2020-2022: cambios por la pandemia
Tasas cero + expansión cuantitativa ilimitada, EE. UU. empezó a “imprimir dinero” para combatir la pandemia, lo que llevó a una caída significativa del índice del dólar y a una inflación global.
2022 principios de 2024: pico de subidas de tasas
Para controlar la inflación, la Fed inició el ciclo de aumento de tasas más agresivo en 25 años, junto con la reducción del balance (QT). Aunque la inflación se ha ido controlando, la confianza en el dólar vuelve a ser puesta en duda.
La situación “de altibajos” del dólar en 2025
Combinando señales técnicas, fundamentales y de expectativas, la tendencia del dólar en la segunda mitad del año y en 2025 presentará las siguientes características:
Corto plazo (Q1-Q2): principalmente oscilaciones
Punto de entrada para el optimismo: riesgos geopolíticos súbitos (como la escalada en el estrecho de Taiwán), el índice del dólar podría recuperarse rápidamente a la zona de 100-103; datos de empleo o PIB mejores de lo esperado en EE. UU. retrasarían las expectativas de recortes y provocarían un rebote del dólar.
Punto de entrada para el pesimismo: si la Fed inicia recortes de tasas, mientras que el BCE mantiene una política retrasada, el euro se fortalecerá y arrastrará al índice del dólar por debajo de 95; la liquidez en el mercado de bonos se deteriora, ampliando la prima de riesgo del dólar.
Mediano y largo plazo (Q3 y posteriores): probable debilitamiento moderado
Si la Fed realmente entra en un ciclo de recortes, la rentabilidad de los bonos estadounidenses disminuirá, y los activos denominados en dólares perderán atractivo en comparación con mercados emergentes de alto crecimiento o la recuperación del euro. Además, la tendencia global de desdolarización (como la promoción de la liquidación en monedas locales en los países BRICS) aunque no será inmediata, erosionará marginalmente la posición del dólar como reserva mundial.
Escenario de principales pares de divisas en 2025
Euro/dólar: beneficiario en un entorno de dólar débil
El efecto de balancín entre euro y dólar es evidente. Actualmente, EUR/USD ha subido a 1.0835, con potencial técnico para seguir probando la barrera psicológica de 1.0900. Si el BCE mantiene una política acomodaticia y la economía europea se estabiliza, hay altas probabilidades de que el euro supere niveles altos.
Libra/dólar: ganadora por la divergencia de políticas
Se espera que el Banco de Inglaterra tenga una velocidad de recorte de tasas más lenta que la Fed, lo que da soporte relativo a la libra. GBP/USD probablemente oscile entre 1.25 y 1.35, siendo la divergencia de políticas y el apetito por riesgo los principales impulsores. Si la economía de UK y EE. UU. se diferencian aún más, la libra podría incluso superar 1.40.
Dólar/yuan: rango de fluctuación bidireccional
El movimiento del dólar frente al yuan dependerá de los cambios relativos en las políticas macroeconómicas y fundamentos de ambos países. Actualmente, sin una clara tendencia, se mantiene en un rango de 7.2300-7.2600, sin fuerza suficiente para romperlo, pero atento a los soportes.
Dólar/yen: presión a la depreciación en aumento
El crecimiento salarial en Japón alcanzó su máximo en 32 años (enero, +3.1% interanual), elevando las expectativas de inflación y posiblemente iniciando un ciclo de subida de tasas en el Banco de Japón. Esto presionará a la baja al USD/JPY. Técnicamente, si rompe 146.90, el espacio a la baja se abrirá; para revertir la tendencia bajista, deberá recuperar la resistencia de 150.0.
Dólar/australiano: moneda fuerte sustentada por datos positivos
El PIB del cuarto trimestre en Australia superó expectativas, con un superávit comercial en enero de 562 mil millones. El Banco de Reserva mantiene una postura cautelosa en recortes, por lo que el AUD se mantiene firme. En un escenario de debilitamiento del dólar, el impulso alcista del AUD será fuerte.
Cómo deben actuar los inversores
Estrategia agresiva: operar en el rango de 95-100 del índice del dólar, comprando y vendiendo en puntos de reversión detectados con herramientas técnicas como MACD y Fibonacci.
Estrategia conservadora: esperar a que la Fed aclare su rumbo de política antes de tomar decisiones de dirección. En este período, centrarse en pares de divisas con menor volatilidad.
Asignación a medio y largo plazo: reducir gradualmente las posiciones largas en dólares, y aumentar en monedas no estadounidenses con valoración razonable (yen, AUD) o en activos ligados a commodities (oro, cobre).
El comportamiento del dólar en la segunda mitad del año dependerá mucho de los datos y eventos, por lo que la flexibilidad en la gestión de posiciones y la disciplina serán clave para aprovechar las oportunidades en la volatilidad del tipo de cambio.