El dólar australiano continúa débil, explorando la lógica central detrás de la crisis monetaria

El dólar australiano, como la quinta moneda con mayor volumen de negociación a nivel mundial, fue en su momento sinónimo de “moneda de altos intereses”. Pero si observamos en una escala temporal más larga, su desempeño en los últimos diez años ha sido decepcionante: el AUD/USD ha depreciado más del 35%, mientras que en ese mismo período el índice del dólar estadounidense subió un 28.35%. ¿Qué se esconde realmente detrás de esto?

Causas de la caída del AUD: el comienzo de una recesión estructural

El AUD cayó desde los 1.05 a principios de 2013 hasta la zona de 0.66, no como una simple volatilidad a corto plazo, sino como parte de una recesión sistémica.

La primera causa clave es la demanda de commodities a largo plazo. La economía australiana depende en gran medida de las exportaciones de hierro, carbón y energía, cuyo precio está determinado por el equilibrio global de oferta y demanda. Aunque en 2020, durante la pandemia, experimentó un rebote de aproximadamente el 38% debido a la fuerte demanda de hierro en Asia, posteriormente el crecimiento económico de China se desaceleró, la actividad manufacturera se redujo y la demanda de materias primas se debilitó notablemente. Aunque en 2025 los precios de los commodities subieron, este rebote no logró revertir completamente la tendencia a largo plazo.

La segunda causa es la pérdida de la ventaja en diferencial de tasas de interés. El Banco de la Reserva de Australia (RBA) mantiene una tasa de efectivo de aproximadamente el 3.60%, y se espera que en 2026 pueda volver a subir hasta el 3.85%. Sin embargo, la postura de política del Federal Reserve (Fed) también es crucial: cuando las tasas en EE. UU. se mantienen altas o con incrementos limitados, la ventaja en diferencial de tasas entre Australia y EE. UU. desaparece, reduciendo significativamente el atractivo de la estrategia de arbitraje. La percepción de la moneda de altos intereses se desvanece, y la demanda del AUD disminuye naturalmente.

La tercera causa proviene del cambio en la preferencia del sentimiento de riesgo global. En modo de refugio, los fondos tienden a volver al dólar y al oro, activos considerados seguros, mientras que el AUD, como moneda cíclica, se ve presionado. Aunque los fundamentos económicos de Australia no muestran deterioro evidente, el mercado puede presionar al AUD simplemente por cambios en el ánimo.

¿Por qué el AUD tiene dificultades para rebotar? Tres obstáculos estructurales

Aunque en 2025 el AUD alcanzó temporalmente 0.6636, con una apreciación del 5-7% en el año, a largo plazo estos rebotes suelen ser poco sostenibles. Cada vez que el AUD se acerca a niveles previos de resistencia, la presión vendedora aumenta, reflejando la cautela del mercado respecto a su futuro.

El impacto de la política arancelaria de EE. UU. también reduce la naturaleza de moneda de commodities del AUD. La incertidumbre en el comercio global genera preocupaciones sobre las exportaciones de metales, energía y otros recursos, amenazando los principales pilares de exportación de Australia.

La relativa debilidad de la economía australiana también limita la atracción del AUD. En comparación con EE. UU., donde la economía se mantiene fuerte, la proporción de activos australianos en las carteras globales ha disminuido, reduciendo el flujo de capital hacia el país.

El ciclo de dólar fuerte es un contexto fundamental. En este entorno, no solo el AUD sino también el euro, yen y dólar canadiense enfrentan presiones frente al dólar, lo que indica que la dificultad del AUD no es un fenómeno aislado, sino un reflejo de la reconfiguración del escenario monetario global.

Tres dimensiones para observar la tendencia a medio y largo plazo del AUD

Para evaluar si el AUD tiene condiciones para una tendencia alcista sostenida, los inversores deben centrarse en estos tres factores:

Factor 1: Política de tasas del RBA y estructura del diferencial. El AUD ha sido considerado durante mucho tiempo una moneda de altos intereses, y su atractivo depende en gran medida del diferencial con EE. UU. Si la inflación persiste y el mercado laboral se mantiene resistente, una postura hawkish del RBA ayudará a reconstruir la ventaja en tasas; en cambio, si las expectativas de subida de tasas se desvanecen, el soporte del AUD se debilitará. El RBA estima que la tasa puede llegar a un máximo de 3.85%, y si esto se cumple y EE. UU. reduce tasas, la expansión del diferencial será un soporte clave.

Factor 2: La relación entre la economía china y los precios de los commodities. La estructura exportadora de Australia está muy concentrada en hierro, carbón y energía, por lo que el AUD es esencialmente una moneda de commodities, y la demanda china es la variable más importante. Cuando la actividad de infraestructura y manufactura en China se recupera, los precios del hierro suelen subir, y el AUD refleja rápidamente esa tendencia; si la recuperación china es débil, incluso si los precios de los commodities suben a corto plazo, el AUD puede experimentar un “sube y baja”.

Factor 3: La tendencia del dólar y el sentimiento de riesgo global. La política del Fed sigue siendo central en los mercados de divisas. En un entorno de reducción de tasas, un dólar débil favorece al AUD y otras monedas de riesgo; pero si aumenta la aversión al riesgo y el flujo de fondos vuelve al dólar, el AUD puede verse presionado incluso sin deterioro en sus fundamentos.

Para que el AUD emerja con una tendencia alcista real a medio y largo plazo, deben cumplirse simultáneamente tres condiciones: que el RBA vuelva a una postura hawkish, que la demanda china mejore sustancialmente y que el dólar entre en una fase de debilitamiento estructural. Si solo se cumple una de ellas, el AUD probablemente se mantenga en un rango de fluctuación, sin una tendencia clara.

Divergencias en las predicciones del mercado: entre optimismo y cautela

Las principales instituciones muestran opiniones divergentes sobre el futuro del AUD, reflejando la incertidumbre en las predicciones.

Morgan Stanley estima que para fines de 2025 el AUD/USD podría subir a 0.72, apoyado en una postura hawkish del Banco de la Reserva de Australia y en la recuperación de los commodities. El modelo de Traders Union indica un promedio de aproximadamente 0.6875 para fines de 2026 (rango 0.6738-0.7012), y 0.725 para fines de 2027, destacando la fortaleza del mercado laboral australiano y la recuperación de la demanda de commodities.

Por otro lado, UBS es más conservador, señalando que, aunque la economía australiana es resistente, la incertidumbre en el comercio global y posibles cambios en la política del Fed podrían limitar la subida del AUD, estimando que el tipo de cambio se mantendrá cerca de 0.68 a fin de año. Los economistas de CBA también son cautelosos, sugiriendo que la recuperación del AUD podría ser solo temporal, proyectando un pico en marzo de 2026 y un posible retroceso hacia fin de ese año.

Desde mi perspectiva personal, en la primera mitad de 2026 el AUD probablemente oscilará entre 0.68 y 0.70, influenciado por datos chinos y la volatilidad del empleo no agrícola en EE. UU. El AUD no colapsará, dado que los fundamentos australianos son sólidos y el RBA mantiene una postura hawkish; pero tampoco llegará a 1.0, ya que la ventaja estructural del dólar sigue vigente. La presión a corto plazo proviene principalmente de los datos chinos, mientras que las perspectivas alcistas a largo plazo dependen de las exportaciones de recursos y del ciclo de commodities en general.

Reflexión profunda sobre las causas de la caída del AUD

La problemática del AUD en esencia es una cuestión de si un rebote puede convertirse en una tendencia. A corto plazo, hay espacio para una recuperación, pero para volver a una tendencia alcista fuerte, se requieren condiciones macroeconómicas más claras.

Desde una perspectiva a medio y largo plazo, el AUD se asemeja más a una moneda con “rebotes pero sin tendencia clara”. Sin una dinámica de crecimiento definida y sin ventajas en diferencial de tasas, su movimiento será más influenciado por factores externos que por sus propios fundamentos. La política arancelaria de EE. UU., la recuperación económica de China y los cambios en la política del Fed pueden impactar significativamente en el AUD.

Por eso, el mercado mantiene una postura de cautela constante respecto al AUD: en un entorno de incertidumbre, los inversores prefieren evitar riesgos potenciales. El futuro del AUD dependerá de la interacción de estas variables externas, más que de un solo factor dominante.

Riesgos a tener en cuenta al invertir en AUD

Para quienes desean participar en el mercado del AUD, el trading de divisas con margen es una vía común para obtener beneficios. El AUD/USD, como uno de los cinco pares más negociados a nivel global, ofrece alta liquidez y patrones de volatilidad que facilitan la identificación de tendencias a medio y largo plazo. Los inversores pueden operar en ambas direcciones, usando apalancamiento para amplificar ganancias, con un umbral de entrada relativamente bajo, apto para pequeños y medianos inversores.

No obstante, todo inversión conlleva riesgos. El trading en divisas es de alto riesgo y los inversores pueden perder la totalidad de su capital. Aunque la liquidez y la volatilidad del AUD facilitan su análisis, predecir con precisión su movimiento es difícil, y muchos modelos tienen efectos limitados en el corto plazo. Es fundamental que los inversores comprendan la complejidad detrás de las causas de la caída del AUD y evalúen cuidadosamente su tolerancia al riesgo antes de operar.

Resumen: equilibrio entre alcistas y bajistas del AUD

Como moneda de commodities, el AUD mantiene su carácter de “moneda de materias primas”, con alta correlación con precios de hierro, carbón y otros recursos. A corto plazo, la postura hawkish del Banco de la Reserva de Australia y la fortaleza de los commodities ofrecerán soporte; pero a medio y largo plazo, la incertidumbre en la economía global y la posible recuperación del dólar limitarán su potencial alcista y generarán volatilidad.

El futuro del AUD no es ni un camino unidireccional hacia arriba ni una caída continua, sino un equilibrio relativo condicionado por múltiples variables, con tendencia a mantenerse en un rango con altibajos. Entender las múltiples causas de su caída es clave para prever su evolución futura.

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