Cuatro años de altibajos tras el Brexit: ¿Por qué Reino Unido dejó la Unión Europea y qué opina ahora el mercado?

El Brexit ya es una realidad, pero las ondas en los mercados financieros siguen expandiéndose.

Desde el referéndum de 2016 hasta la salida oficial el 31 de enero de 2020, Reino Unido tardó exactamente cuatro años en completar este cambio trascendental. Durante ese período, se cambiaron tres primeros ministros, se celebraron dos elecciones generales, el acuerdo de salida fue rechazado, las negociaciones quedaron estancadas, y finalmente se alcanzó un acuerdo… Esta serie de acontecimientos representa tanto un desafío como una oportunidad para los inversores globales.

Las tres causas fundamentales del Brexit

Para entender por qué Reino Unido finalmente optó por abandonar la Unión Europea, hay que identificar las tres fuerzas impulsoras.

Insatisfacción económica es la primera chispa. Tras la crisis de las hipotecas subprime en 2008 que desató la crisis de la deuda en Europa, la UE quedó atrapada en un ciclo de “países centrales producen, países periféricos consumen”. Aunque Reino Unido no forma parte de la zona euro, se vio obligado a rescatar a sus aliados en crisis de deuda, lo que generó un sentimiento de “duda europea” entre la población británica. Datos estadísticos muestran que antes del Brexit, Reino Unido pagaba hasta 23 millones de libras esterlinas diarios en cuotas a la UE, una carga que presionaba a los contribuyentes.

El juego político es el segundo factor. Durante las elecciones de 2016, el entonces primer ministro David Cameron enfrentaba amenazas del Partido Laborista y otros, y para consolidar apoyo prometió que, si lograba la reelección, convocaría un referéndum sobre la salida. Cameron apoyaba la permanencia en la UE y pensaba que el referéndum confirmaría la lealtad del Reino Unido a la UE, pero perdió la apuesta. La opción del Brexit ganó con un estrecho 51.9%, y Cameron renunció. Este gran juego político, en el que el destino nacional estuvo en la balanza, cambió radicalmente el futuro del Reino Unido.

La crisis migratoria fue la última gota que colmó el vaso. Después de 2015, la oleada de refugiados invadió Europa, impactando profundamente a la sociedad británica: refugiados compitiendo por empleos, recursos en educación y sanidad, aumento de los precios de la vivienda. La población, orgullosa de su baja tasa de desempleo, vio cómo el problema migratorio amenazaba su nivel de vida. Permanecer en la UE implicaba aceptar refugiados, y esto fue una de las principales razones por las que muchos ciudadanos de bajos ingresos optaron por el Brexit.

El largo proceso del Brexit: del referéndum a la realidad

El momento decisivo de 2016

El 23 de junio, el votación sorprendió al mundo: el 52% apoyó el salida, el 48% prefirió quedarse. Esta victoria con una diferencia mínima inició una era de incertidumbre de cuatro años para Reino Unido. En julio, Theresa May asumió como primera ministra, siendo la segunda mujer en ocupar el cargo en el país.

El inicio oficial en 2017

El 29 de marzo, el gobierno británico activó formalmente el Artículo 50 del Tratado de la UE, comenzando el proceso de salida. Esto marcó el inicio de un conteo regresivo de dos años, y Reino Unido y la UE debían llegar a un acuerdo antes del 29 de marzo de 2019.

Las idas y vueltas de 2018-2019

Las negociaciones estuvieron llenas de obstáculos. La UE propuso cuatro opciones: la solución Chequers, un Brexit suave, un Brexit duro y la salida sin acuerdo, pero las partes no lograron consenso sobre la frontera en Irlanda del Norte. El acuerdo de salida de Theresa May fue rechazado en el Parlamento en tres ocasiones, siendo la más grave en enero de 2019, con 432 votos en contra y 202 a favor, estableciendo un récord de mayor derrota en la historia del Parlamento británico.

El giro en 2019

El 24 de julio, Boris Johnson asumió como primer ministro, trayendo un nuevo impulso a las negociaciones. El 17 de octubre, la UE y Reino Unido alcanzaron un acuerdo sobre un nuevo acuerdo de salida, incluyendo una revisión del Acuerdo de Irlanda del Norte y una declaración política. En diciembre, el Partido Conservador ganó con la mayor mayoría desde 1987 (más del 78%).

El último paso en 2020

El 23 de enero, el Parlamento británico aprobó la Ley de la Unión Europea (Retirada). El 31 de enero, Reino Unido salió oficialmente de la UE, entrando en un período de transición de 11 meses. Al finalizar el período de transición el 31 de diciembre de 2020, el acuerdo comercial entre Reino Unido y la UE entró en vigor, y la libra esterlina frente al dólar alcanzó una nueva era en las transacciones.

Los efectos duales del Brexit en Reino Unido

Potenciales efectos positivos

El Brexit otorgó a Reino Unido un control político y económico real. Ya no está sujeto a las reglas unificadas de la UE, y puede firmar acuerdos comerciales independientes con países de todo el mundo, sin estar limitado al marco de la UE. Esto abre nuevas oportunidades diplomáticas.

La autonomía en políticas migratorias también llegó. Reino Unido ya no está obligado a aceptar refugiados de la UE, y puede ajustar sus políticas migratorias según su situación económica, aliviando la presión sobre el empleo y los recursos.

El ahorro de 23 millones de libras diarias en cuotas a la UE también es relevante, ya que estos fondos pueden invertirse en infraestructura y bienestar social internos.

Los desafíos negativos que no se pueden ignorar

Pero la realidad es mucho más compleja. La UE es el principal socio comercial de Reino Unido, representando el 46.9% de sus exportaciones y el 52.3% de sus importaciones. En comparación, Estados Unidos solo representa el 11.9% de las exportaciones y China el 5.1%. Tras el Brexit, los beneficios del comercio sin aranceles y sin barreras dentro del marco europeo desaparecieron, y Reino Unido debe renegociar sus términos comerciales con la UE.

Sectores como la fabricación de automóviles, servicios financieros y transporte aéreo han sentido el impacto de las nuevas reglas. Las empresas de logística y transporte enfrentan nuevos procedimientos aduaneros. Muchas instituciones financieras europeas trasladaron sus operaciones fuera de Londres, la Autoridad Bancaria Europea se mudó a París, y la Agencia Europea de Medicamentos a Ámsterdam, reflejando la pérdida de centros económicos.

Cómo impactó el Brexit en los mercados financieros globales

Reacciones en la volatilidad bursátil

A principios de 2020, tras la salida oficial, las bolsas europeas experimentaron ajustes notables. Las acciones financieras, fabricantes de automóviles y aerolíneas mostraron volatilidad en sus precios. No fue solo un ajuste técnico, sino una reevaluación del riesgo comercial y las perspectivas económicas.

Tras la firma del acuerdo comercial en 2021, la incertidumbre disminuyó, pero las acciones de empresas relacionadas con el comercio transfronterizo aún necesitan tiempo para estabilizarse. Las empresas de logística y transporte son especialmente sensibles, ya que enfrentan directamente las nuevas reglas comerciales.

La volatilidad del tipo de cambio de la libra

El tipo de cambio de la libra frente al dólar fue el indicador más directo de la reacción del mercado al Brexit. A principios de 2020, la incertidumbre aumentó la presión a la baja de la libra. Tras la salida oficial el 31 de enero, la libra experimentó movimientos bruscos en el corto plazo, mientras el mercado asimilaba las nuevas perspectivas comerciales y económicas.

A principios de 2021, tras la firma del acuerdo comercial, la libra se estabilizó relativamente, pero eventos como la pandemia de COVID-19, cambios en las políticas de los bancos centrales globales y la escalada del conflicto Rusia-Ucrania continuaron afectando el tipo de cambio. En principios de 2022, con la intensificación del conflicto, el par libra/dólar mostró poca tendencia al alza, y la aversión al riesgo aumentó.

No obstante, con la subida de tasas de interés por parte de los bancos centrales, el mercado empezó a reevaluar el valor de inversión en la libra. En 2022 y posteriores, el par libra/dólar se convirtió en uno de los puntos clave de atención, dado que las diferencias de tasas y la demanda de refugio afectaron la estructura del tipo de cambio.

Cambios estructurales en el mercado de divisas

El Brexit modificó la estructura de riesgo en las operaciones de divisas. La libra ya no disfruta de la condición de “moneda central de la UE”, y debe buscar su lugar en un nuevo entorno geopolítico y comercial. Factores macroeconómicos, políticas de tasas y riesgos geopolíticos impactan de manera sin precedentes en la libra.

Preguntas frecuentes de los inversores

¿Por qué el Brexit tomó cuatro años?

Principalmente por tres razones. Primero, el acuerdo de salida en sí fue muy controvertido, y las diferencias entre Reino Unido y la UE sobre opciones duras, suaves o sin acuerdo fueron enormes, dificultando un consenso rápido.

Segundo, la división política interna en Reino Unido fue severa. Además del Partido Conservador liderado por Boris Johnson, que apoyaba el Brexit, muchos en el Partido Laborista y el Partido Liberal Democrático preferían la permanencia, lo que generó un conflicto constante en el Parlamento.

Tercero, la complejidad de la frontera en Irlanda del Norte. Tras el Brexit, Irlanda del Norte y la República de Irlanda serían la única frontera terrestre entre Reino Unido y la UE. Ambos lados quieren evitar una “frontera dura” (con controles aduaneros), pero no hay una solución sencilla para mantener una frontera blanda, lo que se convirtió en el principal obstáculo en las negociaciones.

Además, la pandemia de COVID-19 paralizó la economía global, retrasando las negociaciones y generando dudas sobre si ambas partes lograrían un acuerdo en el período de transición.

¿Qué diferencia hay entre un Brexit suave y uno duro?

Estos términos reflejan el grado de cercanía económica y política entre Reino Unido y la UE tras la salida.

El Brexit suave implica que, tras abandonar el marco político de la UE, Reino Unido mantenga vínculos económicos estrechos con la UE, pero a costa de hacer concesiones, como permitir que los ciudadanos europeos accedan a beneficios sociales o seguir ciertas reglas de la UE. Esto preserva en gran medida las ventajas comerciales.

El Brexit duro significa una separación total. Reino Unido ya no sigue las reglas comunes, y la relación comercial requiere nuevos acuerdos. Esto implica aranceles, controles fronterizos y diferencias regulatorias. La opción final de Reino Unido fue una vía intermedia, conservando ciertos lazos económicos pero perdiendo la integración política.

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