El euro experimentó un impresionante rebote en 2025. A principios de año subió de 1.04 dólares a 1.16 dólares, un aumento del 13.5%. Esta subida ya rompió una tendencia de depreciación de más de diez años. Pero la cuestión clave es: ¿subirá el dólar o la fortaleza del euro podrá continuar en 2026-2027? La respuesta es mucho más compleja de lo que parece.
Desde los mínimos históricos hasta el pico de rebote: cómo cambió todo en 2025
El mínimo de 20 años de 1.0243 dólares en enero ahora parece historia. En abril, el euro rompió un canal de resistencia de años, y a mediados de septiembre alcanzó un máximo anual de 1.1868. Actualmente fluctúa cerca de 1.16, con un rango de más de 1600 puntos, mostrando una extrema inestabilidad.
Desde un punto de vista técnico, los soportes están en 1.1550 y 1.1470. Si se rompe por debajo de 1.15, el fuerte patrón previo será cuestionado, abriendo la puerta a niveles de 1.10-1.12. La resistencia está en la zona de 1.1800-1.1920; solo un quiebre por encima de 1.20 podría allanar el camino para futuras subidas a 1.22-1.25.
La paradoja del estrechamiento de diferenciales: ¿por qué las divergencias en políticas de bancos centrales generan dudas?
A simple vista, la divergencia en las políticas monetarias de la Reserva Federal y el BCE es el principal soporte para la apreciación del euro. La Fed ha reducido tasas en 50 puntos básicos consecutivos en la segunda mitad del año, hasta un rango de 3.75%-4.00%, y ha insinuado una bajada adicional a 3.4%. Por su parte, el BCE ya detuvo el ciclo de recortes: la tasa de depósito se mantiene en 2.00% desde junio.
Según la historia, una reducción de 100 puntos básicos en el diferencial suele provocar una corrección del 5-8% en el tipo de cambio, lo que teóricamente llevaría al EUR/USD a 1.22-1.25. Algunos analistas incluso sugieren que el BCE podría subir antes que la Fed en 2027, si las medidas de estímulo en Alemania muestran resultados significativos.
Pero hay una preocupación: si los estímulos generan una inflación descontrolada, el BCE podría verse obligado a subir tasas; si los estímulos son insuficientes, la base del euro se debilitará. En cualquier caso, la lógica del diferencial no es tan sólida como parece.
La resistencia de la economía estadounidense: ¿subirá el dólar?
El segundo mandato de Trump ha mostrado un balance complejo pero relativamente positivo. El crecimiento del PIB en el segundo trimestre fue del 3.8%, impulsado principalmente por inversiones en inteligencia artificial.
La gran obra de negociaciones comerciales continúa: en abril, la “Jornada de Liberación” amenazó con aranceles del 145%, causando pánico en el mercado, pero rápidamente se convirtió en un alto el fuego de 90 días, y los aranceles promedio quedaron en 15-18%, por encima del nivel anterior pero mucho menor que las amenazas iniciales. Más importante aún, esta estrategia de “exigir primero, negociar después” ha asegurado promesas de inversión extranjera por miles de millones de dólares en EE.UU.: Japón, la UE y Taiwán han accedido a invertir en EE.UU., fortaleciendo su economía.
Las reformas fiscales y el auge de los chips también han aumentado la atracción de EE.UU. La ley “Única y Maravillosa” de julio hizo permanente la reducción de impuestos de 2017, manteniendo el impuesto corporativo en 21%. Combinado con energía barata, ha provocado una oleada de relocalización industrial: TSMC invertirá 1650 millones de dólares en Arizona, Samsung 440 millones en Texas, e Intel expandirá en Ohio con 200 millones. Estos números muestran que, con bajos impuestos, costos energéticos competitivos y ventajas tecnológicas, EE.UU. sigue siendo muy atractivo para el capital global.
Pero también hay sombras: la deuda estadounidense sigue creciendo, y en 2026 el déficit alcanzará el 6% del PIB. Trump ha criticado frecuentemente la independencia de la Fed, lo que ha minado la confianza de los inversores internacionales. Este año, el dólar ya se ha depreciado más del 10% frente al euro. Quizá eso sea lo que Trump busca: debilitar el dólar para estimular exportaciones e inversión interna. Pero su sostenibilidad a largo plazo es dudosa.
El plan de estímulo de 500 mil millones de euros en Alemania: apariencia atractiva, riesgos reales
El fondo de infraestructura de 500 mil millones de euros se ve como una “carta ganadora” para la apreciación del euro, pero en realidad puede estar sobrevalorado.
El problema de los costos energéticos persiste: la electricidad industrial en Alemania cuesta entre 15 y 20 céntimos de euro por kWh, el doble o triple que en EE.UU. Aunque en 2026-2028 se ofrecerán subsidios de 5 céntimos por kWh, esto no cambiará fundamentalmente la situación. Las industrias intensivas en energía (química, acero, fabricación de chips) seguirán sin ser competitivas en Alemania, y la relocalización de capacidad ya instalada parece poco probable. La multiplicación del efecto de estímulo será limitada.
La “muerte por retraso” en los plazos de construcción: los proyectos de infraestructura en Alemania tardan en promedio 17 años desde planificación hasta finalización, con 13 años solo en permisos. La escasez de 250,000 trabajadores en construcción y la baja eficiencia agravan la situación. Cuando los proyectos terminen, la estructura industrial puede haber cambiado radicalmente.
El destino del gasto militar: parte del gasto en defensa (F-35, Patriot, Chinook) irá a fabricantes estadounidenses, estimulando su economía en lugar de la alemana.
El riesgo político más grave: en las elecciones estatales de 2026, el partido de extrema derecha NPD podría convertirse en la mayor fuerza en varios estados (según encuestas, apoyo del 25% a nivel nacional). La confianza en la gran coalición ya se ha desplomado. Esta fragmentación política puede elevar los diferenciales de deuda alemana, encareciendo el financiamiento del estímulo.
La crisis en Francia y el estancamiento del crecimiento en la Eurozona
La caída del gobierno en Francia en octubre vuelve a evidenciar la fragilidad de la Eurozona. El país tiene un déficit del 6% del PIB, una deuda del 113%, y los rendimientos de su deuda superan a los de España, lo cual es una señal de advertencia.
En el tercer trimestre, el crecimiento de la Eurozona fue solo del 0.2% mensual (1.3% anualizado), muy por debajo del 3.8% de EE.UU. en ese período. Se espera que en 2026 crezca un 1.5%, dependiendo de cuánto realmente se implemente el estímulo en Alemania. La única nota positiva es una inflación del 2% y una tasa de desempleo del 6.3%, que dan margen al BCE para mantener cierta política.
Pero el BCE enfrenta una “maldición de doble dilema”: si Alemania estimula demasiado, la inflación volverá a subir y tendrá que subir tasas; si la economía no crece, será difícil justificar más recortes. Aunque existan herramientas fragmentadas como el TPI, requieren cooperación política que actualmente falta.
Predicciones de analistas: ¿por qué el consenso se desmorona?
La dispersión en las predicciones para finales de 2026 refleja la incertidumbre del mercado:
Institución
Predicción
Morgan Stanley
1.25
BNP Paribas
1.25
Goldman Sachs
1.25
Royal Bank of Canada
1.24
JP Morgan
1.22
ING
1.22-1.25
Commerzbank
1.20
Wells Fargo
1.18-1.20
Para finales de 2027, las predicciones muestran aún mayor divergencia:
Institución
Predicción
Deutsche Bank
1.30
Morgan Stanley
1.27
RBC
1.24
Commerzbank
1.22
Wells Fargo
1.12
¿Por qué Wells Fargo es tan pesimista? La entidad destaca que la Fed probablemente dejará de bajar tasas, que la economía estadounidense se acelerará, y que el euro carece de atractivos estructurales. No es una postura radical, sino una advertencia seria de que el dólar subirá.
Tres escenarios futuros: ¿cuál es el más probable?
Escenario neutral (el más probable): fuerzas alcistas y bajistas se equilibran, y el EUR/USD oscila entre 1.10 y 1.20, con un centro en 1.14-1.17. La diferencia de tasas establece un suelo en 1.10-1.12, pero los riesgos en Europa limitan el potencial al alza en 1.18-1.20. El crecimiento en EE.UU. será moderado, entre 1.8% y 2.2%.
Escenario de recesión: las elecciones estatales de 2026 generan crisis política, la gran coalición colapsa, y los estímulos se detienen. La diferencia de bonos alemanes se amplía rápidamente, y la crisis fiscal en Francia se agrava. El BCE se ve obligado a recortar tasas, mientras EE.UU. sorprende con un aumento del 2-3% en productividad por IA, inflación en torno al 2%, y la Fed pausa en 3.5%. El EUR/USD cae a 1.08-1.10, e incluso puede probar 1.05. En este escenario, el dólar subirá.
Escenario optimista: estabilidad política en Alemania, estímulos acelerados, y un crecimiento del 2% en la Eurozona (revolucionario). La crisis en Francia se resuelve, y el BCE empieza a subir tasas en 2027. EE.UU. entra en estanflación: inflación persistente, empleo débil, y salida de capital. La presidenta del BCE en mayo genera controversia sobre la independencia de la Fed. El EUR/USD supera 1.20 y se dirige a 1.22-1.28.
Puntos clave y recomendaciones de trading
Decisión en 2026:
Elecciones estatales en Alemania (primavera): ¿estabilizarán?
Nombramiento del nuevo presidente de la Fed (mayo): postura respecto a la independencia
Datos de estímulo en Alemania (todo el año): grado de implementación
Presupuesto en Francia (verano): riesgo de nuevo colapso
Estos eventos irán revelando qué escenario estamos viviendo. Dada la incertidumbre, no es recomendable apostar a una sola dirección. Mejor, una estrategia flexible basada en eventos: comprar en 1.10-1.12 y vender en 1.18-1.20 en tramos.
Riesgos subestimados
La crisis política en Alemania no es solo teórica: el auge de la extrema derecha tiene raíces sociales profundas, no solo económicas. Esto puede traducirse en aumento real de diferenciales y presión en el tipo de cambio.
El cisne de conflictos geopolíticos: un empeoramiento en Ucrania o una nueva crisis energética puede provocar una fuga masiva a dólares. Aunque Europa ha diversificado energías, no está exenta de riesgos.
La resistencia de EE.UU. está subestimada: la innovación en IA puede elevar la productividad en un 2-3% anual, y la combinación de bajos impuestos y energía barata es difícil de replicar en Europa. Esto crea una base sólida para una recuperación del dólar en el mediano plazo.
Conclusión: en la encrucijada de fuerzas contrapuestas
El tipo de cambio euro-dólar en 2026-2027 estará en juego entre cuatro fuerzas: la divergencia en tasas que favorece al euro, la fragmentación política que impulsa al dólar, la fortaleza del crecimiento estadounidense frente a la recuperación europea, y las desventajas estructurales energéticas en Europa.
La divergencia en políticas de bancos centrales, que debería ser el principal soporte del euro, se ve afectada por la fragilidad política europea. El dólar ya se ha depreciado más del 10% este año, pero eso puede ser solo un ajuste temporal. Aunque el dólar subirá requiere condiciones específicas, el riesgo no debe subestimarse.
Las elecciones de 2026 y los cambios en la Fed serán decisivos. Solo entonces podremos tener una visión clara para 2027.
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EUR/USD 2026-2027:¿Subirá el dólar? ¿Es realmente confiable la tendencia alcista del euro?
El euro experimentó un impresionante rebote en 2025. A principios de año subió de 1.04 dólares a 1.16 dólares, un aumento del 13.5%. Esta subida ya rompió una tendencia de depreciación de más de diez años. Pero la cuestión clave es: ¿subirá el dólar o la fortaleza del euro podrá continuar en 2026-2027? La respuesta es mucho más compleja de lo que parece.
Desde los mínimos históricos hasta el pico de rebote: cómo cambió todo en 2025
El mínimo de 20 años de 1.0243 dólares en enero ahora parece historia. En abril, el euro rompió un canal de resistencia de años, y a mediados de septiembre alcanzó un máximo anual de 1.1868. Actualmente fluctúa cerca de 1.16, con un rango de más de 1600 puntos, mostrando una extrema inestabilidad.
Desde un punto de vista técnico, los soportes están en 1.1550 y 1.1470. Si se rompe por debajo de 1.15, el fuerte patrón previo será cuestionado, abriendo la puerta a niveles de 1.10-1.12. La resistencia está en la zona de 1.1800-1.1920; solo un quiebre por encima de 1.20 podría allanar el camino para futuras subidas a 1.22-1.25.
La paradoja del estrechamiento de diferenciales: ¿por qué las divergencias en políticas de bancos centrales generan dudas?
A simple vista, la divergencia en las políticas monetarias de la Reserva Federal y el BCE es el principal soporte para la apreciación del euro. La Fed ha reducido tasas en 50 puntos básicos consecutivos en la segunda mitad del año, hasta un rango de 3.75%-4.00%, y ha insinuado una bajada adicional a 3.4%. Por su parte, el BCE ya detuvo el ciclo de recortes: la tasa de depósito se mantiene en 2.00% desde junio.
Según la historia, una reducción de 100 puntos básicos en el diferencial suele provocar una corrección del 5-8% en el tipo de cambio, lo que teóricamente llevaría al EUR/USD a 1.22-1.25. Algunos analistas incluso sugieren que el BCE podría subir antes que la Fed en 2027, si las medidas de estímulo en Alemania muestran resultados significativos.
Pero hay una preocupación: si los estímulos generan una inflación descontrolada, el BCE podría verse obligado a subir tasas; si los estímulos son insuficientes, la base del euro se debilitará. En cualquier caso, la lógica del diferencial no es tan sólida como parece.
La resistencia de la economía estadounidense: ¿subirá el dólar?
El segundo mandato de Trump ha mostrado un balance complejo pero relativamente positivo. El crecimiento del PIB en el segundo trimestre fue del 3.8%, impulsado principalmente por inversiones en inteligencia artificial.
La gran obra de negociaciones comerciales continúa: en abril, la “Jornada de Liberación” amenazó con aranceles del 145%, causando pánico en el mercado, pero rápidamente se convirtió en un alto el fuego de 90 días, y los aranceles promedio quedaron en 15-18%, por encima del nivel anterior pero mucho menor que las amenazas iniciales. Más importante aún, esta estrategia de “exigir primero, negociar después” ha asegurado promesas de inversión extranjera por miles de millones de dólares en EE.UU.: Japón, la UE y Taiwán han accedido a invertir en EE.UU., fortaleciendo su economía.
Las reformas fiscales y el auge de los chips también han aumentado la atracción de EE.UU. La ley “Única y Maravillosa” de julio hizo permanente la reducción de impuestos de 2017, manteniendo el impuesto corporativo en 21%. Combinado con energía barata, ha provocado una oleada de relocalización industrial: TSMC invertirá 1650 millones de dólares en Arizona, Samsung 440 millones en Texas, e Intel expandirá en Ohio con 200 millones. Estos números muestran que, con bajos impuestos, costos energéticos competitivos y ventajas tecnológicas, EE.UU. sigue siendo muy atractivo para el capital global.
Pero también hay sombras: la deuda estadounidense sigue creciendo, y en 2026 el déficit alcanzará el 6% del PIB. Trump ha criticado frecuentemente la independencia de la Fed, lo que ha minado la confianza de los inversores internacionales. Este año, el dólar ya se ha depreciado más del 10% frente al euro. Quizá eso sea lo que Trump busca: debilitar el dólar para estimular exportaciones e inversión interna. Pero su sostenibilidad a largo plazo es dudosa.
El plan de estímulo de 500 mil millones de euros en Alemania: apariencia atractiva, riesgos reales
El fondo de infraestructura de 500 mil millones de euros se ve como una “carta ganadora” para la apreciación del euro, pero en realidad puede estar sobrevalorado.
El problema de los costos energéticos persiste: la electricidad industrial en Alemania cuesta entre 15 y 20 céntimos de euro por kWh, el doble o triple que en EE.UU. Aunque en 2026-2028 se ofrecerán subsidios de 5 céntimos por kWh, esto no cambiará fundamentalmente la situación. Las industrias intensivas en energía (química, acero, fabricación de chips) seguirán sin ser competitivas en Alemania, y la relocalización de capacidad ya instalada parece poco probable. La multiplicación del efecto de estímulo será limitada.
La “muerte por retraso” en los plazos de construcción: los proyectos de infraestructura en Alemania tardan en promedio 17 años desde planificación hasta finalización, con 13 años solo en permisos. La escasez de 250,000 trabajadores en construcción y la baja eficiencia agravan la situación. Cuando los proyectos terminen, la estructura industrial puede haber cambiado radicalmente.
El destino del gasto militar: parte del gasto en defensa (F-35, Patriot, Chinook) irá a fabricantes estadounidenses, estimulando su economía en lugar de la alemana.
El riesgo político más grave: en las elecciones estatales de 2026, el partido de extrema derecha NPD podría convertirse en la mayor fuerza en varios estados (según encuestas, apoyo del 25% a nivel nacional). La confianza en la gran coalición ya se ha desplomado. Esta fragmentación política puede elevar los diferenciales de deuda alemana, encareciendo el financiamiento del estímulo.
La crisis en Francia y el estancamiento del crecimiento en la Eurozona
La caída del gobierno en Francia en octubre vuelve a evidenciar la fragilidad de la Eurozona. El país tiene un déficit del 6% del PIB, una deuda del 113%, y los rendimientos de su deuda superan a los de España, lo cual es una señal de advertencia.
En el tercer trimestre, el crecimiento de la Eurozona fue solo del 0.2% mensual (1.3% anualizado), muy por debajo del 3.8% de EE.UU. en ese período. Se espera que en 2026 crezca un 1.5%, dependiendo de cuánto realmente se implemente el estímulo en Alemania. La única nota positiva es una inflación del 2% y una tasa de desempleo del 6.3%, que dan margen al BCE para mantener cierta política.
Pero el BCE enfrenta una “maldición de doble dilema”: si Alemania estimula demasiado, la inflación volverá a subir y tendrá que subir tasas; si la economía no crece, será difícil justificar más recortes. Aunque existan herramientas fragmentadas como el TPI, requieren cooperación política que actualmente falta.
Predicciones de analistas: ¿por qué el consenso se desmorona?
La dispersión en las predicciones para finales de 2026 refleja la incertidumbre del mercado:
Para finales de 2027, las predicciones muestran aún mayor divergencia:
¿Por qué Wells Fargo es tan pesimista? La entidad destaca que la Fed probablemente dejará de bajar tasas, que la economía estadounidense se acelerará, y que el euro carece de atractivos estructurales. No es una postura radical, sino una advertencia seria de que el dólar subirá.
Tres escenarios futuros: ¿cuál es el más probable?
Escenario neutral (el más probable): fuerzas alcistas y bajistas se equilibran, y el EUR/USD oscila entre 1.10 y 1.20, con un centro en 1.14-1.17. La diferencia de tasas establece un suelo en 1.10-1.12, pero los riesgos en Europa limitan el potencial al alza en 1.18-1.20. El crecimiento en EE.UU. será moderado, entre 1.8% y 2.2%.
Escenario de recesión: las elecciones estatales de 2026 generan crisis política, la gran coalición colapsa, y los estímulos se detienen. La diferencia de bonos alemanes se amplía rápidamente, y la crisis fiscal en Francia se agrava. El BCE se ve obligado a recortar tasas, mientras EE.UU. sorprende con un aumento del 2-3% en productividad por IA, inflación en torno al 2%, y la Fed pausa en 3.5%. El EUR/USD cae a 1.08-1.10, e incluso puede probar 1.05. En este escenario, el dólar subirá.
Escenario optimista: estabilidad política en Alemania, estímulos acelerados, y un crecimiento del 2% en la Eurozona (revolucionario). La crisis en Francia se resuelve, y el BCE empieza a subir tasas en 2027. EE.UU. entra en estanflación: inflación persistente, empleo débil, y salida de capital. La presidenta del BCE en mayo genera controversia sobre la independencia de la Fed. El EUR/USD supera 1.20 y se dirige a 1.22-1.28.
Puntos clave y recomendaciones de trading
Decisión en 2026:
Estos eventos irán revelando qué escenario estamos viviendo. Dada la incertidumbre, no es recomendable apostar a una sola dirección. Mejor, una estrategia flexible basada en eventos: comprar en 1.10-1.12 y vender en 1.18-1.20 en tramos.
Riesgos subestimados
La crisis política en Alemania no es solo teórica: el auge de la extrema derecha tiene raíces sociales profundas, no solo económicas. Esto puede traducirse en aumento real de diferenciales y presión en el tipo de cambio.
El cisne de conflictos geopolíticos: un empeoramiento en Ucrania o una nueva crisis energética puede provocar una fuga masiva a dólares. Aunque Europa ha diversificado energías, no está exenta de riesgos.
La resistencia de EE.UU. está subestimada: la innovación en IA puede elevar la productividad en un 2-3% anual, y la combinación de bajos impuestos y energía barata es difícil de replicar en Europa. Esto crea una base sólida para una recuperación del dólar en el mediano plazo.
Conclusión: en la encrucijada de fuerzas contrapuestas
El tipo de cambio euro-dólar en 2026-2027 estará en juego entre cuatro fuerzas: la divergencia en tasas que favorece al euro, la fragmentación política que impulsa al dólar, la fortaleza del crecimiento estadounidense frente a la recuperación europea, y las desventajas estructurales energéticas en Europa.
La divergencia en políticas de bancos centrales, que debería ser el principal soporte del euro, se ve afectada por la fragilidad política europea. El dólar ya se ha depreciado más del 10% este año, pero eso puede ser solo un ajuste temporal. Aunque el dólar subirá requiere condiciones específicas, el riesgo no debe subestimarse.
Las elecciones de 2026 y los cambios en la Fed serán decisivos. Solo entonces podremos tener una visión clara para 2027.
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