Acabo de darme cuenta de que clavé todos los cálculos en esa competición Prophet Challenge.

Cada métrica cuadraba. La estrategia era sólida. Los números parecían perfectos.

Y entonces llegó el giro inesperado: mi monedero se vació antes de que pudiera entrar en el ranking.

Supongo que eso pasa cuando vas all-in en volumen pero olvidas lo básico. Un clásico momento de alto riesgo y cero neuronas.