Dogecoin no ha tenido mucha suerte esta semana. El precio ha caído un 7% y ahora apenas se mantiene por encima de los 0,13 dólares, con otra caída del 5% en las últimas 24 horas. Todo el mercado cripto está sufriendo ventas masivas, y DOGE naturalmente no ha podido evitarlo.

Sin embargo, lo curioso es que, justo cuando el precio está bajo, el ecosistema de uso de Dogecoin se está expandiendo. 21Shares ha vuelto a presentar ante la SEC la solicitud para un ETF de DOGE, y el fideicomiso de Dogecoin de Grayscale ya ha atraído más de 2,8 millones de dólares desde que cotiza en la Bolsa de Nueva York.

La noticia más impactante llega desde Sudamérica: el gobierno argentino ahora permite a los ciudadanos pagar impuestos directamente con Dogecoin. Además, Alternative Airlines también ha habilitado la opción de reservar billetes con DOGE. Todas estas acciones demuestran una cosa: Dogecoin está dejando de ser solo un meme coin para convertirse en una herramienta práctica.

En el aspecto técnico, ha aparecido una señal interesante. En el gráfico de 4 horas, Dogecoin ha formado un patrón de cabeza y hombros invertido—dos valles poco profundos flanqueando uno más profundo—una estructura que suele indicar que la tendencia bajista está llegando a su fin. Ahora la clave es ver si puede superar la resistencia de la línea del cuello.

Actualmente, DOGE cotiza a 0,139 dólares, con una leve caída del 0,59% en el último día, luchando repetidamente en el nivel de 0,140 dólares. Si la presión vendedora continúa, el soporte se sitúa en 0,13 dólares; pero si los alcistas toman fuerza y recuperan el nivel de 0,140 dólares, junto con una mejora en el sentimiento, el siguiente objetivo podría ser 0,20 dólares, lo que supondría una subida del 43%.

Entre los vientos favorables de la política y una posible reversión técnica, ¿aprovechará Dogecoin esta oportunidad para resurgir? Es probable que el mercado responda a esta pregunta en los próximos días.