¿De verdad existe la certeza en el mercado? Sí, existe.
Solo que esa certeza está muy bien oculta: no se encuentra en esas velas que saltan en la gráfica y nos ponen nerviosos, sino en la lógica subyacente y estable que opera detrás de las subidas y bajadas de los precios.
¿Por qué la mayoría pierde dinero? Porque se quedan mirando sin parar las ondas en la superficie del agua (es decir, las oscilaciones de precios), pero nunca miran hacia abajo. Lo que realmente determina la dirección de las ondas es la corriente invisible bajo el agua. Si eres capaz de entender cómo fluye esa corriente, las fluctuaciones en la superficie empiezan a tener sentido.
La certeza que he descubierto por mí mismo es, en realidad, una estructura lógica de tres capas que encajan entre sí.
**Primera capa: las “reglas gramaticales” del propio mercado**
El mercado parece caótico, pero en realidad tiene sus propias normas. Igual que para hablar hay que respetar la gramática para que tenga sentido, los movimientos de precios también deben “tener sentido” y seguir una lógica interna.
El núcleo de esta lógica no es simplemente “A causa B”, sino una cadena de causas y efectos que se enlazan:
**El “nacimiento, vida y muerte” de una tendencia** Las tendencias tienen un ciclo de vida completo. No aparecen de la nada, ni desaparecen repentinamente.
El inicio suele ser una acumulación lenta de momentum (por ejemplo, largos periodos de lateralización), luego, impulsada por el consenso, la tendencia gana fuerza, después se debilita cuando se agota el momentum (una señal clásica es la divergencia entre volumen y precio), y finalmente da paso a una nueva tendencia. Cada paso es la consecuencia inevitable del anterior.
**La “alternancia de fuerzas”** Las fuerzas alcistas y bajistas no se limitan a que una aplaste a la otra. El lado fuerte no será fuerte para siempre: su fuerza se consume a medida que avanza. El lado débil tampoco será siempre débil; después de acumular energía, puede contraatacar en cualquier momento. Es un proceso dinámico de tira y afloja.
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PositionPhobia
· hace22h
La metáfora de las corrientes subterráneas es brillante, pero, sinceramente, aunque la mayoría la entienda, de poco sirve: la gente sigue sin poder evitar perseguir las subidas y vender en las caídas.
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NFTBlackHole
· hace22h
Tienes razón, pero ¿cuántas personas realmente comprenden estos tres niveles de lógica?
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LiquidationHunter
· hace22h
Hablar es fácil, pero lo importante es tener capital suficiente para sobrevivir hasta el día en que puedas ver claramente las corrientes ocultas.
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DecentralizeMe
· hace22h
Parece tener sentido, pero en el fondo no es más que hablar a toro pasado.
¿De verdad existe la certeza en el mercado? Sí, existe.
Solo que esa certeza está muy bien oculta: no se encuentra en esas velas que saltan en la gráfica y nos ponen nerviosos, sino en la lógica subyacente y estable que opera detrás de las subidas y bajadas de los precios.
¿Por qué la mayoría pierde dinero? Porque se quedan mirando sin parar las ondas en la superficie del agua (es decir, las oscilaciones de precios), pero nunca miran hacia abajo. Lo que realmente determina la dirección de las ondas es la corriente invisible bajo el agua. Si eres capaz de entender cómo fluye esa corriente, las fluctuaciones en la superficie empiezan a tener sentido.
La certeza que he descubierto por mí mismo es, en realidad, una estructura lógica de tres capas que encajan entre sí.
**Primera capa: las “reglas gramaticales” del propio mercado**
El mercado parece caótico, pero en realidad tiene sus propias normas. Igual que para hablar hay que respetar la gramática para que tenga sentido, los movimientos de precios también deben “tener sentido” y seguir una lógica interna.
El núcleo de esta lógica no es simplemente “A causa B”, sino una cadena de causas y efectos que se enlazan:
**El “nacimiento, vida y muerte” de una tendencia**
Las tendencias tienen un ciclo de vida completo. No aparecen de la nada, ni desaparecen repentinamente.
El inicio suele ser una acumulación lenta de momentum (por ejemplo, largos periodos de lateralización), luego, impulsada por el consenso, la tendencia gana fuerza, después se debilita cuando se agota el momentum (una señal clásica es la divergencia entre volumen y precio), y finalmente da paso a una nueva tendencia. Cada paso es la consecuencia inevitable del anterior.
**La “alternancia de fuerzas”**
Las fuerzas alcistas y bajistas no se limitan a que una aplaste a la otra. El lado fuerte no será fuerte para siempre: su fuerza se consume a medida que avanza. El lado débil tampoco será siempre débil; después de acumular energía, puede contraatacar en cualquier momento. Es un proceso dinámico de tira y afloja.