BlackRock, junto con Fidelity, lanzó oficialmente ayer su fondo de mercado monetario on-chain en la red principal de Ethereum, con una primera emisión que alcanzó los 5.000 millones de dólares. El significado de este movimiento podría ser mucho más profundo de lo que muchos imaginan.

La reacción del mercado fue casi instantánea. Ethereum subió un 34% en una semana, superando el umbral de los 4.800 dólares; Bitcoin, tras situarse por encima de los 120.000 dólares, ya ha superado la capitalización de la plata, convirtiéndose en el octavo mayor activo del mundo. El sector de los RWA (activos del mundo real) explotó aún más: ONDO se disparó un 72% en un solo día y MKR marcó un nuevo máximo histórico.

El equipo de análisis de JPMorgan ha hecho una previsión: para 2026, más de 3 billones de dólares de fondos tradicionales fluirán al mercado cripto a través de protocolos RWA conformes. Esto no es una promesa vacía; el movimiento de BlackRock ya ha demostrado que el capital tradicional está votando con dinero real.

Otra pista, más sutil, está emergiendo: los agentes de IA están empezando a tomar el control de la liquidez on-chain. Fetch.ai, respaldada por OpenAI y a16z, ya gestiona más de 20.000 millones de dólares en activos on-chain dentro de su ecosistema mediante agentes autónomos, que además han empezado a generar rendimientos reales. Tras el lanzamiento de futuros de NEAR en una importante plataforma de intercambio, el volumen negociado superó los 1.000 millones de dólares en la primera hora; la expectativa por la infraestructura de agentes de IA está impulsando este movimiento.

Las wallets de IA con capacidad de toma de decisiones de inversión autónoma se están convirtiendo en nuevos agujeros negros de liquidez. Cuando las puertas del capital tradicional se encuentren con protocolos autónomos impulsados por IA, las reglas del juego podrían cambiar por completo.