Puede que no te lo creas, pero he apostado mis últimos 6000 USDT hasta el final.

He agotado el límite de las plataformas de préstamos online y he reventado la tarjeta de crédito; este dinero es mi última bala. Dos criptomonedas, con la posición dividida al 50%, sin saber si es un todo o nada o una retirada sin retorno.

Todos mis amigos dicen que estoy loco por jugarme la vida en el mercado cripto. Pero ¿no es así este mundillo? Algunos se levantan de un golpe y lo consiguen, otros lo pierden todo en una noche. Ahora apuesto por esta única oportunidad: o me doy la vuelta como un pez muerto o me resigno del todo.

De todos modos, ya no tengo nada más que perder.