Hay un viejo dicho que dice: "Para las grandes decisiones, mira a Inglaterra". Esta vez, los británicos han vuelto a tomar la delantera: han transferido directamente los activos rusos congelados a Ucrania, por un importe de 10.600 millones de dólares.
Ayer una noticia exclusiva causó revuelo. El gobierno británico decidió transferir a Ucrania los 8.000 millones de libras esterlinas en activos soberanos rusos que tiene congelados. No se trata solo de los intereses, sino de tocar directamente el principal. Hay que recordar que los países occidentales llevan años debatiendo este asunto, y nadie se atrevía a dar el primer paso. Ahora los británicos han sido decididos y han ido directos al grano.
El motivo que han dado también es contundente: Rusia representa una "amenaza actual y persistente" para los ciudadanos británicos, la seguridad nacional y la prosperidad económica. El envoltorio legal es impecable: lo han calificado como un "préstamo de compensación", por lo que no se considera ni una confiscación ni un regalo. Está claro que el Reino Unido no quiere esperar a que los 27 miembros de la UE lleguen a un acuerdo tras largas discusiones, así que han preferido actuar por su cuenta.
Sin embargo, al otro lado del Atlántico no hay tanto consenso. Al gobierno estadounidense no le interesa demasiado, ellos preferirían utilizar estos activos como moneda de cambio para lograr un alto el fuego, y no para "avivar el fuego". La diferencia es considerable: a Estados Unidos le preocupa que, si el Reino Unido actúa así, habrá una carta menos en la mesa de negociación.
En Bélgica están aún más nerviosos. ¿Por qué? Porque la mayor parte de los activos rusos congelados en la UE están allí, en una cantidad equivalente a un tercio del PIB anual de Bélgica. Si surgen disputas legales, ¿quién asumirá la responsabilidad? Alemania, Francia e Italia tienen sus propios intereses, y esta "acción en solitario" del Reino Unido ha sacado a la luz los conflictos internos.
¿Y la reacción de Rusia? Totalmente previsible. La portavoz del Ministerio de Exteriores ya ha anunciado que habrá "respuesta". Aunque el Reino Unido tiene pocos activos en territorio ruso, Moscú domina bien las represalias como ciberataques o presión energética. ¿Represalias recíprocas? Solo es cuestión de tiempo.
¿Qué es lo que más teme el sector financiero internacional? Que, una vez abierto el precedente, todos empiecen a preguntarse: si hoy pueden tocar el dinero de Rusia, ¿mañana me tocará a mí? Si esta crisis de confianza se extiende, el daño al sistema financiero internacional, basado en el dólar y la libra, será profundo. ¿Seguirán confiando en poner sus reservas de divisas en Occidente? Es una gran incógnita.
Pero para Ucrania, estos 10.600 millones de dólares son una auténtica bendición. Podrían cubrir dos tercios de sus necesidades fiscales para los próximos dos años, sostener la defensa actual y sentar las bases para la reconstrucción tras la guerra. El significado va mucho más allá de la cifra en sí.
Esta jugada británica de "atreverse a ser pioneros" esconde la ambición de reconstruir su posición global tras el Brexit, y también es una buena oportunidad para que el gobierno laborista gane protagonismo en la política nacional. Mientras Europa duda y Estados Unidos mantiene una actitud ambigua, los británicos vuelven a demostrar su estilo diplomático único: rápido, preciso y contundente.
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MonkeySeeMonkeyDo
· 12-06 14:52
Esta jugada del Reino Unido ha sido increíble, ha roto el estancamiento de inmediato. Pero, ¿realmente se puede seguir confiando? Ahora todos los países deberían pensar dónde guardar sus reservas de divisas.
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0xSherlock
· 12-06 14:51
Esta jugada del Reino Unido ha sido realmente increíble, es como una versión financiera del "ataque preventivo", mientras los 27 países de la UE siguen perdiendo el tiempo en interminables reuniones sin final a la vista.
En Estados Unidos seguro que están maldiciendo por dentro, su ficha de negociación ha desaparecido de la noche a la mañana, y ahora la situación ha quedado bastante embarazosa.
Por cierto, hay que tener cuidado con el orden financiero mundial, porque una vez que se sienta el precedente, los bancos centrales de otros países realmente van a empezar a replantearse dónde guardar sus reservas de divisas.
Ucrania realmente necesita fondos, pero a largo plazo esto supone un duro golpe a la confianza global en el sistema financiero.
La respuesta de Rusia está en camino, en Moscú hace tiempo que dominan el tema de los ciberataques, ¿estará el Reino Unido cavando su propia tumba con esta jugada?
Bélgica está bajo una presión enorme, y ahora la UE está completamente dividida internamente, con Alemania, Francia e Italia cada una jugando su propio juego.
Al final, es cuestión de que el Reino Unido, tras el Brexit, tiene prisa por demostrar que aún tiene relevancia; esta jugada es dura, pero el coste también es elevado.
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RatioHunter
· 12-06 14:30
Esta jugada del Reino Unido ha sido realmente dura, han roto el equilibrio de forma directa. Pero esto sienta un precedente: los países tendrán que ser mucho más cautelosos con sus reservas de divisas, ¿quién se atrevería ahora a meter dinero en cuentas occidentales con tranquilidad?
Hay un viejo dicho que dice: "Para las grandes decisiones, mira a Inglaterra". Esta vez, los británicos han vuelto a tomar la delantera: han transferido directamente los activos rusos congelados a Ucrania, por un importe de 10.600 millones de dólares.
Ayer una noticia exclusiva causó revuelo. El gobierno británico decidió transferir a Ucrania los 8.000 millones de libras esterlinas en activos soberanos rusos que tiene congelados. No se trata solo de los intereses, sino de tocar directamente el principal. Hay que recordar que los países occidentales llevan años debatiendo este asunto, y nadie se atrevía a dar el primer paso. Ahora los británicos han sido decididos y han ido directos al grano.
El motivo que han dado también es contundente: Rusia representa una "amenaza actual y persistente" para los ciudadanos británicos, la seguridad nacional y la prosperidad económica. El envoltorio legal es impecable: lo han calificado como un "préstamo de compensación", por lo que no se considera ni una confiscación ni un regalo. Está claro que el Reino Unido no quiere esperar a que los 27 miembros de la UE lleguen a un acuerdo tras largas discusiones, así que han preferido actuar por su cuenta.
Sin embargo, al otro lado del Atlántico no hay tanto consenso. Al gobierno estadounidense no le interesa demasiado, ellos preferirían utilizar estos activos como moneda de cambio para lograr un alto el fuego, y no para "avivar el fuego". La diferencia es considerable: a Estados Unidos le preocupa que, si el Reino Unido actúa así, habrá una carta menos en la mesa de negociación.
En Bélgica están aún más nerviosos. ¿Por qué? Porque la mayor parte de los activos rusos congelados en la UE están allí, en una cantidad equivalente a un tercio del PIB anual de Bélgica. Si surgen disputas legales, ¿quién asumirá la responsabilidad? Alemania, Francia e Italia tienen sus propios intereses, y esta "acción en solitario" del Reino Unido ha sacado a la luz los conflictos internos.
¿Y la reacción de Rusia? Totalmente previsible. La portavoz del Ministerio de Exteriores ya ha anunciado que habrá "respuesta". Aunque el Reino Unido tiene pocos activos en territorio ruso, Moscú domina bien las represalias como ciberataques o presión energética. ¿Represalias recíprocas? Solo es cuestión de tiempo.
¿Qué es lo que más teme el sector financiero internacional? Que, una vez abierto el precedente, todos empiecen a preguntarse: si hoy pueden tocar el dinero de Rusia, ¿mañana me tocará a mí? Si esta crisis de confianza se extiende, el daño al sistema financiero internacional, basado en el dólar y la libra, será profundo. ¿Seguirán confiando en poner sus reservas de divisas en Occidente? Es una gran incógnita.
Pero para Ucrania, estos 10.600 millones de dólares son una auténtica bendición. Podrían cubrir dos tercios de sus necesidades fiscales para los próximos dos años, sostener la defensa actual y sentar las bases para la reconstrucción tras la guerra. El significado va mucho más allá de la cifra en sí.
Esta jugada británica de "atreverse a ser pioneros" esconde la ambición de reconstruir su posición global tras el Brexit, y también es una buena oportunidad para que el gobierno laborista gane protagonismo en la política nacional. Mientras Europa duda y Estados Unidos mantiene una actitud ambigua, los británicos vuelven a demostrar su estilo diplomático único: rápido, preciso y contundente.