Los datos de PCE se enfrían y benefician a los mercados tradicionales, pero BTC cae por debajo de 87.000: la clave para el mercado de fin de año es ver si se puede mantener el nivel de 89.000.

[A Bitpush] Ayer, Estados Unidos por fin publicó los datos del PCE de septiembre, que se habían retrasado: la inflación subyacente interanual fue del 2,8%, el nivel más bajo en cinco meses, un poco más suave de lo que esperaba el mercado. Esto deja más margen para un recorte de tipos en diciembre, y los mercados tradicionales rápidamente empezaron a valorar un “aterrizaje suave”: el dólar siguió debilitándose, los rendimientos de los bonos estadounidenses bajaron y las acciones subieron ligeramente y con estabilidad.

Pero en el sector cripto el panorama cambió drásticamente. Tras la publicación de los datos, el precio de Bitcoin cayó directamente hasta cerca de 87.000, oscilando alrededor de un 3% en 24 horas. Esta caída tiene poco que ver con la inflación en sí; se debió principalmente al vencimiento de opciones, presión de posiciones de una empresa cotizada y la volatilidad del mercado asiático. Las principales altcoins también corrigieron, aunque el ETF de BTC aún atrajo casi 60 millones de dólares, lo que indica que el capital institucional no se ha retirado. El índice de miedo del mercado también pasó de una zona extrema a una neutral-baja.

Desde el punto de vista técnico, el soporte clave de BTC está ahora entre 89.000 y 90.700. Si se mantiene en esa zona, aún hay margen de subida; las resistencias están en 94.400 y 97.000, y si el entorno dovish continúa, la ventana de rebote podría abrirse en cualquier momento. Si pierde los 89.000, hay que vigilar una corrección técnica hacia los 85.000.

El plato fuerte de la semana es la reunión del FOMC del 10 de diciembre. La expectativa de recorte de tipos ya está prácticamente descontada, así que el mercado dará más importancia a la confirmación de los datos reales.

Algunos analistas apuntan que el enfriamiento de la inflación es positivo, pero la estructura de capital en cripto es de por sí sensible y fácilmente afectada por eventos inesperados. A corto plazo, es una “lucha” entre los factores macroeconómicos positivos y el ruido interno. Si BTC puede mantenerse por encima de los 89.000, será clave para aprovechar los beneficios de una política más laxa de aquí a final de año. Habrá que estar atentos a los flujos de capital y a los cambios en la tolerancia al riesgo.