El 40% de los estadounidenses con altos ingresos, que ganan 300.000 dólares al año, ¡viven al día sin ahorros! No te rías tan rápido, no es que sean realmente pobres; lo que pasa es que han caído en una trampa cuidadosamente diseñada.

Hipotecas de mansiones, pagos a plazos de coches de lujo, matrículas de colegios privados, paquetes de vacaciones... Cuanto mayores son los ingresos, más profundas son las trampas que el sistema te tiende. No es una crisis financiera, es la estrangulación perfecta del consumismo: no importa cuánto ganes, el sistema financiero tradicional siempre encuentra la forma de que tu dinero acabe en los bolsillos de bancos y comercios. No les falta dinero, les falta un nuevo conjunto de reglas capaces de romper este ciclo.

En este punto, alguien salta y dice: «El Bitcoin puede solucionar este problema». Suena bien, ¿verdad? Es cierto, BTC proporciona una vía de escape al ciclo de devaluación de la moneda fiduciaria y te da una opción de reserva de valor que no está controlada por un único sistema.

Pero la realidad es que el Bitcoin no puede curar la "enfermedad" de gastar todo lo que ganas. Si no puedes controlar tus deseos de consumo, pasarás de ser un "mileurista del dólar" a un "liquidado en cripto", simplemente cambiando una jaula por otra aún más emocionante. Y esta nueva jaula, además, gira 360 grados, acompañada de fluctuaciones de precio épicas.

En resumen, lo que soluciona el Bitcoin es el problema de estar "atado a un único sistema monetario", no la debilidad humana de gastar sin control. Por muy buena que sea la herramienta, si quien la usa no está a la altura, de nada sirve.