El 5 de diciembre, el sector financiero lanzó de repente una bomba: el Banco de Japón planea subir los tipos de interés en la reunión de política de fin de mes. Por supuesto, la premisa es que durante este tiempo la economía no dé sorpresas y que los mercados financieros se mantengan estables.

Tras la noticia, el mundo cripto se revolucionó.

Y es que esta subida no es cualquier cosa. El tipo de interés de referencia de Japón alcanzaría el nivel más alto desde 1995, un nivel que no se veía desde hace casi treinta años. El Banco de Japón no ha tomado la decisión a la ligera; han observado indicios de recuperación en la economía nacional—aunque la economía global se está desacelerando y las guerras comerciales siguen en auge, el consumo y la inversión en Japón empiezan a repuntar.

La cuestión es: ¿qué significa esto para las criptomonedas?

En primer lugar, es una cuestión de dinero. Japón es una de las principales economías del mundo, así que cualquier ajuste en su política monetaria obliga a reconfigurar la asignación de capital global. Una subida de tipos incrementa la rentabilidad de los activos japoneses, por lo que los fondos que antes fluían hacia otros mercados podrían regresar—de repente, comprar bonos del Estado japonés o acciones japonesas resulta mucho más atractivo. Los inversores internacionales que deambulaban por el mercado cripto podrían retirarse directamente, y la presión a la baja sobre los precios de las criptomonedas es muy probable.

Más preocupante aún es la transmisión del sentimiento. Ahora mismo, los bancos centrales de distintos países ya van cada uno a su ritmo; algunos aún mantienen políticas expansivas, y si Japón inicia de repente un ciclo de subidas de tipos, el mercado se preguntará de inmediato: ¿se acabó la era del dinero barato a nivel global? Este tipo de miedo se propaga rapidísimo en el sector cripto. Si los inversores se vuelven cautelosos, disminuye el apetito por el riesgo, cae el volumen de operaciones y aumenta la volatilidad de precios; todo son reacciones en cadena.

Ahora todos tienen la mirada puesta en el próximo movimiento del Banco de Japón. Si finalmente se materializa esta subida de tipos, ¿cuál será el ritmo posterior? El mercado contiene la respiración esperando respuestas.