A principios de diciembre, el historial de operaciones de cierto gran inversor volvió a circular en el sector: en un solo día aumentó sus posiciones cortas en BTC, ZEC y SOL. En particular, el precio medio de entrada de ZEC pasó directamente de 344 a 360 dólares, con una exposición total de 17,29 millones de dólares. ¿A primera vista parece una buena oportunidad para hacer "buy the dip"? Mejor no te precipites.

Si revisas los detalles de las posiciones de esta cuenta, verás que algo no cuadra: la posición corta en BTC lleva un apalancamiento de 40x y ya acumula una pérdida no realizada de 40.000 dólares; la de SOL es aún más arriesgada, con 20x de apalancamiento y una pérdida directa de 150.000 dólares; la única que gana es la corta de ZEC, y apenas supera los 20.000 dólares de beneficio. Esta situación de “tres posiciones, dos en pérdidas” no parece para nada una estrategia sólida, sino más bien una apuesta por un movimiento extremo en una dirección concreta.

Si rastreas el historial de esta cuenta, la cosa se pone aún más interesante: en septiembre, convirtió un capital inicial de 3 millones en 30 millones en solo dos meses. Suena impresionante, ¿verdad? Pero desde noviembre empezó a tropezar una y otra vez, devolviendo casi todas las ganancias obtenidas anteriormente. Aquella racha de 15 victorias seguidas fue espectacular, pero el problema es que la combinación de alto apalancamiento y operaciones frecuentes puede devolver la cuenta a su punto de partida ante el más mínimo vaivén del mercado.

¿Qué puede aprender un trader común de este caso? Primero, no sigas ciegamente las “operaciones de los grandes”, ya que puede que tengan posiciones de cobertura o una capacidad de capital que tú no ves. Segundo, el apalancamiento es genial cuando ganas, pero cuando pierdes, las pérdidas llegan todavía más rápido—sobre todo si eres un pequeño inversor con poco capital, que no puede permitirse varios errores graves seguidos. Los que realmente logran quedarse a largo plazo en este mercado no lo hacen gracias a un par de golpes de suerte, sino a una gestión estable del capital y conciencia del riesgo. El mercado pondrá a prueba continuamente tu capacidad para controlar la codicia y el miedo; el análisis técnico es solo una herramienta, la mentalidad es el verdadero fundamento.